domingo, 31 de octubre de 2010

INVISIBLE FORCE: “Morti vivendi/ 1999 Mundis Finis” 7”ep 1972 (Italia)



Canciones: Morti Vivendi - 1999 Mundis Finis


Miembros:
Antonio Bartoccetti - guitarra, voz
Elisabeth d'Esperance - voz
Charles Tiring - Teclado
Peter McDonald - batería, bajo


No trae detalles de producción



Este fue un proyecto alterno de Antonio Bartoccetti, mente maestra y decadente detrás de horripilantes proyectos como JACULA y ANTONIUS REX. La genial demencia de Bartoccetti es proyectada a través de sonidos y notas igual que rayo de luna en noche de tinieblas profundas. La muerte domina esta grabación. Es difícil expresar cuan oscuro es el sonido y la atmósfera de este disco, sobre todo, tomando en cuenta que no había muchos precedentes a él mismo, exceptuando el maldito JACULA. “Morti Vivendi” es una canción que expresa los más hórridos sentimientos de un alma torturada. El órgano imponente y la atmósfera claustrofóbica crean un escenario de terror insano, sólo equiparable a la voz femenina que les acompaña, la cual es melodramática, llegando a extremos de amargura y desesperación. Por el lado dos nos encontramos de nuevo la sonrisa de la muerte con “1999 Mundis finis”, pieza que se basa en un clavicordio, sonidos de fondo de hechura quasi espectral y un órgano incrustado en partes clave que elevan el clímax de tensión. Sin embargo, la mayor carga la sigue llevando la voz de la vocalista Elisabeth d'Esperance (que al parecer era Doris Norton, compañera de Antonio con JACULA), que expresa profundo pesar al advenimiento de la tragedia. Ambas canciones son de estructura no convencional, y por tal motivo nuevos elementos surgen a lo largo de las canciones, y en el caso de ésta, un batería acompaña la demencia, pero muere pronto. Hay algo extraño en este disco oscuro: siendo de formato vinil siete pulgadas, se debe de tocar a la velocidad convencional de 45 rpm, sin embargo, si uno lo toca a 33 rpm (que es la velocidad que gira un lp normal), se escucha perfectamente musical y coherente, salvo la voz de la chica, que se torna en la estremecedora voz de un sujeto recitando de manera desesperada los textos, como si fuera una persona totalmente diferente la que grabó ambas versiones. Tienen que escucharlo para creerlo. Espero que sea una coincidencia nada más... De todos modos, las dos canciones aparecieron regrabadas en el disco de ZORA.

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